La deforestación

Actualmente la deforestación es un grave problema mundial que ha ido incrementándose de una forma incontrolable y aunque hay países que cuentan con reformas o políticas bastante buenas para poner un alto, también hay otros países que hacen caso omiso de esto, tal es el caso de México que ni las autoridades ni la sociedad ponen empeño en solucionar o por lo menos disminuir este problema.

La deforestación tiene poca importancia para la política mexicana ya que ignoran los roles globales y locales de suma importancia que tienen los bosques y selvas, por ejemplo los bosques templados y tropicales cubren un tercio de de la tierra en México y generan servicios ambientales clave. Globalmente, los bosques propician importante biodiversidad y capturan carbono, lo cual disminuye el calentamiento global. Nacionalmente, los bosques estabilizan los ciclos hidrológicos, reducen erosión, contribuyen a la reserva de agua y ofrecen espacios de recreación.

A partir de 1992 se crearon dos tipos de discursos que han matizado la política forestal mexicana, estos planteamientos tienen una gran influencia mundial: el gerencial y el populista, el primero observa la cantidad de granjeros y la tasa creciente de población como los factores mas importantes de la deforestación y el  segundo establece que los campesinos y los granjeros son las “victimas” ya que están obligados a destruir los bosques por necesidad económica, pero a pesar de estas ideologías, en sí, el problema central de la política forestal mexicana es cómo atraer inversión a los bosques y selvas por lo tanto tiene retos muy serios ya que al no ser un país agrícola, ni el estado ni la iniciativa privada tienen incentivos para invertir en este sector. A diferencia de otros países latinoamericanos como: Chile, Argentina o Brasil, México nunca ha desarrollado una industria maderera comercial a pesar de su enorme potencial forestal y esto conduce a definir el problema como uno de carácter socio-ambiental y esta situación implica dos retos aun mayores que son: diseñar mecanismos para involucrar a las comunidades en el tema forestal lo cual implica hacer del bosque una opción económica para las personas que lo habitan , asegurar que estas personas tendrán un control real y estable sobre sus bosques para así evitar que un agente externo se aproveche de esto, influir y persuadir a las personas de que el bosque es un recurso renovable ósea que tengan una perspectiva de desarrollo sustentable y crear organizaciones o mecanismos de relación entre estado y comunidades. La segunda es generar estrategias para implementar cambios organizacionales en las tierras o campos.

Gracias a todos estos aspectos el gobierno hizo la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente la cual consta de cuatro capítulos con sus respectivos artículos cada uno, sus disposiciones son de orden publico e interés social y tiene por objetivo propiciar el desarrollo sustentable y establecer las bases para garantizar el derecho de toda persona a vivir en un medio ambiente adecuado para su desarrollo, salud y bienestar, definir los principios de la política ambiental y los instrumentos para su aplicación, la preservación, la restauración y el mejoramiento del ambiente, la preservación y protección de la biodiversidad, así como el establecimiento y administración de la áreas naturales protegidas, entre otras.

Pero a pesar de que esta ley ya esta establecida es realmente preocupante que muy pocas personas las pongan en practica tanto las autoridades que no las aplican como la sociedad que ni siquiera sabe de su existencia y por lo tanto no las respeta y esto se ve claramente en el lugar que ocupa México en la deforestación mundial ya que la Comisión Nacional Forestal (Conafor) aclara que México ocupa la posición número 17 a nivel mundial en deforestación, de acuerdo con el informe "Evaluación de los recursos forestales mundiales 2010" (FRA2010); con un promedio de 155 mil hectáreas anuales, lo que representa menos de la mitad de las 354 mil hectáreas anuales promedio reportadas para el periodo 1990-2000, cuando el país ocupaba la posición 7 en el correspondiente reporte de FRA y aunque es verdad que ha habido un progreso en esto aún sigue siendo alarmante el lugar que se ocupa.